Las Muchas veces las grandes ideas se encuentran en pequeños lugares, como por ejemplo, un plato de comida; y también, una buena amiga. Por lo menos así fue como el equipo y familia de By María comenzó su incursión en el mundo del emprendimiento.
Cuando las cosas se hacen con cariño, es muy difícil que algo salga mal. Y probablemente esa sea una de las razones del éxito de By María, marca de pickles y salsas naturales que desde el 2012 destaca en el mercado. ¿Cómo partió todo? Alrededor de una mesa. Una gran amiga de la familia, les compartió una receta de pepinillos agridulces, esta gustó de inmediato y se transformó en la protagonista de reuniones y celebraciones familiares. “Fue tal el éxito que tenían cuando la gente los probaba, que se nos ocurrió empezar a venderlos a personas cercanas”, cuenta Lucas Iribarren, socio fundador de By María.
Al poco tiempo decidieron formalizar la empresa y lanzarse a la piscina, porque tenían un objetivo claro: crear y compartir pickles y salsas que destaquen por su sabor, calidad y una producción sustentable. Y si bien la línea de productos se ha ampliado considerablemente desde el momento en que se atrevieron a crecer como marca, los objetivos que los motivaron, desde un comienzo, siguen intactos.
Ahora bien, el camino del éxito no ha sido fácil, dentro de los diferentes desafíos que les ha tocado sortear como emprendedores, la mayoría de estos tiene un punto en común: la falta de información sobre cómo crear y sacar adelante un negocio. En su caso, esto ha hecho que sea más difícil profesionalizar el desarrollo de las diferentes áreas de la marca, como la parte financiera, legal e incluso de producción. “Creemos que hace falta más ayuda en cuanto a educación. Así se podrían evitar errores y generar emprendimientos más sanos y prósperos”, señala Iribarren.
Sin embargo, y gracias al esfuerzo que han hecho para sacar adelante By María, las dificultades del proceso han sido menos que las alegrías. Las que parten con el equipo que han formado durante los 10 años de trabajo. Y la segunda más importante para la familia, es cuando ven que los clientes disfrutan de los productos que realizan. Porque es ahí donde depositan todo el cariño que ellos mismos sintieron cuando probaron por primera vez aquella receta de pepinillos agridulces.
Pero el cariño y dedicación no es lo único que hace que By María destaque, para Lucas Iribarren son tres los pilares que hacen de esta marca, única en el mercado: “el primero, es el sabor. Buscamos que la gente realmente se sorprenda cuando prueba nuestros productos. Segundo, los ingredientes naturales. La idea es que nuestra etiqueta esté libre de términos incomprensibles. Y el tercero, pero no menos importante, es la sustentabilidad. Desde el inicio luchamos por tener procesos lo más sostenibles posible”, menciona el socio fundador de By María, agregando que, si bien los productos hablan por sí solos, el trabajo de diseño que han realizado les ha permitido fortalecer el mensaje que quieren transmitir.
En 10 años By María ha crecido considerablemente, cada vez son más los clientes y por ende, también las plataformas de venta, sobre todo ahora que el e-commerce se ha transformado en una prioridad para las marcas. Sin embargo, la familia By María no olvida donde inició todo y por eso, apostar por el comercio local, de barrio, ha sido fundamental.
“Nosotros empezamos vendiendo en pequeños locales de barrio y si bien hemos crecido y aumentado los canales de venta, siguen siendo el principal espacio para darnos a conocer. Con los locales de barrio tenemos la mejor y más cercana relación, para llevar nuestros productos a la mesa de los clientes”, dice Lucas Iribarren.
En By María saben lo que es sacar adelante un negocio, los desafíos y dificultades que hay que atravesar para poder marcar la diferencia y cumplir los objetivos que se van proponiendo. Y aunque de a poco han alcanzado las metas iniciales, estas no se quedan ahí. Para este año apuestan por consolidar la fábrica, tienda y barra de pickles (@barradepickles) ubicada en el icónico barrio Franklin. Además de ampliar el alcance a todo Chile. Después de esta historia, ¿no te dieron ganas de unos pepinillos agridulces?